NO PERDONES DEMASIADO PRONTO
Tan solo perdonar cuesta mucho, ya no importa si es pronto, o no... perdonar cuesta el orgullo, no hablo de perdonar a los demás, de aquellos que me han lastimado, o me han hecho daño, del tipo de índole que sea, (chismes, golpes ò cualquier otro tipo de daño), por que esos daños no me han dejado sin brazos, sin piernas o sin cabeza... al contrario me han dado momentos de risa, risa a carcajadas, risa a medias, pero siempre termino riéndome.
Hablo del perdón de mi y para mi, hablo de aquel perdón que no siempre llega pronto, del que me da miedo otorgarme, por el más mínimo error, y que antes de entregármelo como objeto más preciado, lo pienso tanto, me chaqueteo tanto mentalmente...
Me gusta el silencio, estar callada es lo que ahora mas aprecio, sin embargo, de unos días a la fecha, el ruido me ayuda a no escuchar mis pensamientos, mi culpa, mis sentimientos, no puedo estar callada, por que escucharme es lo que por el momento, menos me interesa, no puedo perdonarme demasiado pronto...
Quizás tú tampoco me has perdonado aún, y como saber si algún día lo harás... si el perdonar demasiado pronto, no sucedió, y quizás el perdonar demasiado tarde, sea demasiado tarde para perdonar...
Dicen que ser asertiva, perfecta, inteligente, coherente, y demás son algunas de las características que una dama debe tener, y cuidar con garras, pero yo digo, que no me gusta que me cataloguen de esa manera, me da miedo, que me coloquen etiquetas, -aun sabiendo que todos lo hacemos, y que clasificamos a las personas, que si son nerd, o bobos, que si nacos o fresas- solo soy un humano, con mas defectos que virtudes, y que comete miles y miles de errores cada día, con el fin de aprender, no lo hago con ganas de joder, ni tampoco por no joder, sino por que soy así y se acabo.
Tú, quien no me perdono demasiado pronto, y quizás ni me perdone demasiado tarde, le digo... me voy, por que mi ausencia te dolerá menos que mi presencia.
Hablo del perdón de mi y para mi, hablo de aquel perdón que no siempre llega pronto, del que me da miedo otorgarme, por el más mínimo error, y que antes de entregármelo como objeto más preciado, lo pienso tanto, me chaqueteo tanto mentalmente...
Me gusta el silencio, estar callada es lo que ahora mas aprecio, sin embargo, de unos días a la fecha, el ruido me ayuda a no escuchar mis pensamientos, mi culpa, mis sentimientos, no puedo estar callada, por que escucharme es lo que por el momento, menos me interesa, no puedo perdonarme demasiado pronto...
Quizás tú tampoco me has perdonado aún, y como saber si algún día lo harás... si el perdonar demasiado pronto, no sucedió, y quizás el perdonar demasiado tarde, sea demasiado tarde para perdonar...
Dicen que ser asertiva, perfecta, inteligente, coherente, y demás son algunas de las características que una dama debe tener, y cuidar con garras, pero yo digo, que no me gusta que me cataloguen de esa manera, me da miedo, que me coloquen etiquetas, -aun sabiendo que todos lo hacemos, y que clasificamos a las personas, que si son nerd, o bobos, que si nacos o fresas- solo soy un humano, con mas defectos que virtudes, y que comete miles y miles de errores cada día, con el fin de aprender, no lo hago con ganas de joder, ni tampoco por no joder, sino por que soy así y se acabo.
Tú, quien no me perdono demasiado pronto, y quizás ni me perdone demasiado tarde, le digo... me voy, por que mi ausencia te dolerá menos que mi presencia.
MORGANA
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